Con referencia a la escultura catalana actual, ha podido decirse (Giralt-Miracle, 1991) que vive un “boom” con propuestas nuevas que asimilan materiales y conceptos inéditos y que, en cierta manera, proponen una ruptura con la tradición anterior. Y como sello personal de la misma señalan, entre otros aspectos, la recuperación de valores simbólicos y totémicos… la pasión por el oficio, el trabajo directo con materiales nuevos y viejos, y la revalorización de ciertas técnicas artesanales en proceso de extinción.
En mi reciente visita al taller de Pascal Plasencia, he podido advertir como, tras un largo y concienzudo paso por la experiencia del pluralismo y el esplendor de la modernidad, puede llegarse a una nueva figuración evocadora de aspectos de nuestro “mediterranismo”, sin olvidar el vigor expresionista o las síntesis post-cubistas de algunos de los grandes escultores de nuestro siglo, bien analizados y asumidos por el escultor, sin olvidar un estudio equilibrado de la dialéctica sobre la obra escultórica de nuestro tiempo.
Desde muy joven, Pascal Plasencia seguirá una intensa formación artística de la que hoy nos muestra aspectos de una firme y creativa personalidad. Para los nuevos modernos, como dijera el filósofo Jean Baudrillard, todo el pasado es suyo, porque el futuro ha llegado, todo ha llegado, todo está ya aquí. Se acabaron las inquietudes del supuesto progreso indefinido. Hoy se mira hacia atrás, hacia la tradición sin ira y, por supuesto, también hacia delante.
El científico Faustino Cordón nos decía en la prensa diaria, que en la ciencia, como en el arte y en toda actividad humana, prescindir de la tradición (aunque se realice procurando superarla irreversiblemente) aniquila la libertad creadora del hombre. Al leerlo me pareció un lema muy adecuado para la obra de nuestro escultor Pascal Plasencia, que acababa de contemplar en su estudio.
Cesáreo Rodríguez-Aguilera
Crítico de arte
Barcelona, Enero 1992
Texto original, escrito en español y publicado en el catálogo editado con motivo de la exposición en el Institut Français de Barcelona (febrero 1992).